Un ejemplo de adoración familiar

Un ejemplo de adoración familiar

Genesis 35

  1. Y Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: <<Quiten los dioses extranjeros que hay entre ustedes. Purifíquense y cámbiense los vestidos.
  2. Levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado >>.

Dos cosas impresionan mi mente al estudiar estos versículos:

En primer lugar, veo a Jacob dirigiendo su casa a adorar a Dios. Esto es un gran ejemplo para cada hombre en lo que respecta a la adoración familiar. Como hombres, tenemos el deber de acercar a nuestra familia hacia Dios. Guiarlos en adoración y devoción al Señor. Jacob instruye a los de su casa a quitar los dioses extranjeros de en medio de ellos y a purificarse: “Quiten los dioses extranjeros que hay entre ustedes. Purifíquense y cámbiense los vestidos”. De esta manera, Jacob está velando por su casa en un sentido espiritual, llamando a limpiarse antes de ofrecer adoración a Dios. Luego Jacob dice “subamos a Betel” en plural y luego en singular “allí haré un altar…”, esto me impresiona con el deber del hombre de hacerse cargo y tomar responsabilidad de los actos religiosos de su casa.

En segundo lugar, Jacob hace memoria de lo que el Señor ha hecho a su favor: “quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado”. Esta acción de gracias que Jacob evoca frente a su familia es un buen modelo particular para la adoración familiar. Recordar los actos de gracia y misericordia de nuestro Señor, debe ser una acción continua en nuestra vida. En muchas ocasiones, olvidamos lo que el Señor ha hecho, o damos gracias a Dios una vez y listo. Pero aquí vemos a Jacob recordando lo que el Señor había hecho con él décadas atrás en una noche puntual, y no sólo esto, sino que también reconoce la ayuda de Dios durante todo ese tiempo.